
Esa noche cogió al menor de sus hermanos de la cuna y se lo llevó a la cueva cercana al ermitaño, donde culminó su espantoso asesinato, pero entonces y dándose cuenta de lo ocurrido, corrió a conocer el ermitaño, explicándole lo ocurrido. Este sentenció que debido a lo que logró, quedaría condenada en esa gruta a limpiar la cuchilla de la sangre de su hermano por toda la eternidad hasta el momento en que lograse dejarla limpia, ganándose de este modo su infame apodo. En ciertas fechas se asegura que se puede ver a la desdichada María Cuchillas en la cueva, tratando de limpiar agitadamente la sangre de su cuchillo. Dios del cielo relacionado a los ríos y a fenómenos atmosféricos como la lluvia o las ventiscas, relacionado asimismo con las montañas.
Otra opción para transformarse es que se intente hijos ilícitos, en especial si el padre es un sacerdote o un sacerdote, o que fueran víctimas de una maldición paterna. Ocasionalmente el home llobu puede guiar a las manadas, combinando sus instintos animales y su inteligencia humana para atacar al ganado. A diferencia del lobo en si, el home llobu no teme al hombre, siendo despiadado y sin corazón en sus asaltos , pero si es herido entonces recobrará su forma humana.
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Home Marín[editar]
La Güestia tiene por misión anunciar a las personas cercanas a fallecer, visitando su casa y rodeándola en cada visita, falleciendo en la tercera vez que se muestra la fantasmal comitiva. En esta última visita, la Güestia se echa a llorar y apaga las velas para que el moribundo fallezca de pena, momento en el que una imitación de su cuerpo ocupa el ataúd, mientras que el alma del fallecido engrosa las filas de la procesión, apareciéndose en un féretro que llevan vacío cuatro de estas ánimas. Los miembros de la Güestia son los espíritus de los amigos y/o familiares que el finado conoció en vida y que murieron antes que él, que regresan desde el Mucho más Allí para acompañarle en su tránsito al reino de los muertos. En otra versión de la historia portan huesos simulando ser grandes cirios encendidos , siendo ángeles sin cielo que procesionan para recordar a los vivos las consecuencias del pecado.
A lo largo de su vagar por los caminos se les oye decir, como señal de aviso a los vivos, «Andar de día que la noche ye mía», pero asimismo tienen la posibilidad de decir «Condo tábamos vivos andábamos a estos figos, ahora que tamos mourtos, andamos por estos gourtos». Los perros anuncian su llegada ululando de manera desaforada, y los gatos huyen atemorizados y realmente asustados. Asimismo ronda el atrio de las iglesias, sollozando mientras el que abre el cortejo toca tranquilamente una fúnebre campana. También llamado Satanás, Lucifer, Belcebú, El Maligno, El Oscuro, etc., y llevado a Asturias en la Edad Media por la Iglesia católica , se trata de la encarnación del mal y enemigo de la raza humana, a la que siempre intenta atraer sobre ella todas y cada una de las desgracias y males de que dispone con sus poderes infernales y sus legiones de demonios.
Gallu De La Desaparición[editar]
Se le piensa sabedor de los entendimientos ocultos de la naturaleza tanto de animales como de minerales y plantas, así como de la capacidad de alzar enormes construcciones en solo una noche, tal como la causa de la mayoría de males acontecidos en pueblos y aldeas. Sin embargo, la tradición lo retrata como un ser de amplios conocimientos pero fácil de engañar gracias a la astucia , de manera especial a la hora de comprar entendimientos o cuando este pide pactar a cambio del alma de quien negocia con él, evitando de esa forma que el Demo se apropie de dicha alma. Mitología asturiana es el grupo de tradiciones fabulosas y leyendas populares del folclore del Principado de Asturias (comunidad autónoma española situada en el nordoeste del país que limita al norte con el Mar Cantábrico, al sur con la provincia de León, al este con Cantabria y al oeste con Galicia). Dicho grupo enlaza con otras mitologías de la cornisa cantábrica tal como con algunas supercherías y leyendas de europa, si bien también ha creado sus especificidades y provincianismos que enlazan tanto con el ambiente salvaje y rural de los numerosos pueblos y aldeas astures como con el asturiano, la lengua autóctona que se charla en toda Asturias. Diosa del agua y de la feminidad, de ella le toman el nombre la montaña Deva, el río Deva y la isla Deva, siendo fundamental para los astures puesto que el líquido elemento aporta pureza, riega los campos y da de beber a los animales y personas, contribuye al fin y al cabo a eso que era la vida en la tribu. En Asturias existen varios manantiales y ríos con este nombre, uno localizado exactamente a los pies de La Santina, en el Santuario de Covadonga.
Causa graves trastornos en la vida familiar en aquellas viviendas que habita, molestando al ganado, dando voces, tirando cosas al suelo o cambiándolas de sitio, sacando la ropa de los cajones, impidiendo que la gente duerman por las noches, etcétera. Si se le trata bien, y mientras que esté de buen humor, el trasgu puede llevar a cabo las tareas pendientes que los humanos no lograron acabar, como barrer, poner las cosas en un sitio y adecentar las casas, haciéndolo siempre y en todo momento durante la noche. Sin embargo, si se le hace enfadar, es tal la molestia que hace que a veces las familias deben mudarse. Sin embargo, es demasiado difícil liberarse de él, acompañando comunmente a la familia en la mudanza y anunciándose diciendo «yo también ando de casa mudada».
Mitología Asturiana
Cuando la madre se da cuenta del horrendo trueque al ver el extraño oscurecimiento de la piel del bebé, o su dentición completa pese a tener pocos meses de edad, suplica a la xana a fin de que se lo devuelva. También llamada Mala Güeste, La Buena Gente, Estantigua, Huóstica , Güéstica, Güéstiga, la Güestia, la Güestia Caliera y Huestia (comparable con el español «hueste», y igualmente una versión astur de la Santa Compaña gallega), es un grupo de almas en pena vestidos con sudarios blancos con capucha que vagan durante la noche, siendo imposible ver sus caras al ir encapuchados. Cada ánima de la procesión lleva una vela encendida, y esta no siempre es aparente, notándose su presencia en el intenso olor a cera y el viento que se levanta a su paso. Suele constar de ocho ánimas (aunque este número puede variar notablemente) más el líder que la encabeza, caminando siempre y en todo momento a fila de a dos. Sale de los cementerios a pie emitiendo rezos, prácticamente siempre y en todo momento un rosario, o cantando una salmodia inentendible u otros cánticos lúgubres, en tanto los últimos 4 espectros que cierran la comitiva llevan un ataúd cargado a hombros.
Emite unos molestos silbidos y no se acostumbra mover bastante del sitio que custodia, pero en el momento en que lo hace es para comer ganado o a hombres, habitando en la espesura de los bosques, en torreones de castillos en ruinas, en la orilla de los ríos o en las fuentes de enormes cavidades subterráneas. Tienen como primordial misión la de proteger fantásticos y gigantes tesoros o a personajes víctimas de un encantamiento o hechizo. En las historias de cuélebres más conocidas se le frecuenta matar dándole de comer una piedra al rojo vivo, o con una hogaza de pan llena de alfileres, y en la mañana de la Fiesta de San Juan el Cuélebre se aletarga o pierde su poder, que es en el momento en que pueden ser salvadas sus presas , al lado de sus fantásticos tesoros. Otro mito relacionado con el cuélebre es la «piedra del cuélebre», con la que se cree que se curan ciertas enfermedades. En versiones alternativas de la historia no suele ser preciso que haya luna llena para que se genere la transformación, e inclusive esta puede darse de forma involuntaria. Asimismo diríase que en un matrimonio donde todos y cada uno de los hijos son varones, al llegar al séptimo o al noveno, este nacerá con esa maldición, a no ser que sea apadrinado por el hermano o hermana mayor.
Xuan Canas[editar]
siendo este más frecuente en territorio de los últimos gracias a su población mucho más celta y menos «celtificada» ya que los astures en su mayor parte eran «celtificados» y no celtas por el hecho de que ser celta en Asturias equivalia a ser de las clases altas y en Galicia equivalia a prácticamente la integridad de su población. De la misma otras etnias preindoeuropeas, los astures, los primeros pobladores de lo que siglos después sería el Principado de Asturias, tenían como dioses protectores a las fuerzas de la naturaleza. Gracias a las referencias del historiador y geógrafo griego Estrabón (en heleno antiguo, Στράβων; Amasia, Ponto, ☆64-63 a.C./†19-24 d.C.) se sabe que adoraban a la Luna como a una diosa básica de lo espiritual y de la fertilidad.