
Es inevitable que se rompan alguna vez y, si tenemos la posibilidad de recurrir a la lima antes que a morderlas, es un punto a favor que poseemos. Obviamente, esto solo vas a poder hacerlo si te lo receta un médico. “Se ha descrito la efectividad de la N-acetilcisteina, un mucolítico que parece tener un papel en trastorno del control de los impulsos. En pacientes con una afectación sicológica esencial, el médico podría recurrir a los psicofármacos”, enseña el doctor Martín Carrasco. Ser siendo consciente de lo que te provoca ansiedad es clave, para lograr advertirlo y afrontarlo de la mejor manera viable.
Todos necesitamos asistencia en ocasiones y no pasa nada. Intentar dejar este hábito incluye incidir en esto. “Una vez detectado, va a ser preceptiva la valoración por un especialista en psicología o psiquiatría para efectuar un régimen que prevenga las recaídas del desarrollo y que concurran otros trastornos similares”. Si todos estos elementos disuasivos y sustitutorios no surten efecto en un largo plazo, es posible que sea el momento de trabajar con un terapeuta especializado en ediciones de accionar.
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Causas Ajenas
Se trata de desajustes emocionales y alteraciones del sistema inquieto producido por traumas. Tienen la posibilidad de ser desajustes familiares, maltratos, humillaciones, autoestima baja, sentimiento de culpa y necesidad de autocastigo. El hábito es prolongado en el tiempo y llega a cronificarse, en ocasiones el comportamiento es tan agudo que puede derivar en una conducta coche-agresiva. Si ves que el ahínco es muy grande, trata de dividir tu misión en etapas mucho más fáciles. Por servirnos de un ejemplo, deja de morderte primero los pulgares; en el momento en que mires lo bien que lucen de este modo, esto te irá animando a que dejes de morderte progresivamente el resto de los dedos.
Es un trastorno muy recurrente y probablemente estas cifras sean inferiores a las reales puesto que muchos pacientes no llegan jamás a preguntar por este inconveniente”. “Es singularmente recurrente en la infancia, pero comienza a descender después de la pubertad. Perjudica a solo un 10% de la población a los 30 años y disminuyendo aún mucho más después de los 40.
Uñas Postizas
Considerablemente más alarmante es la onicofagia en los estadios de trastorno obsesivo-compulsivo que sí requiere la ayuda profesional. Está comprobado que mantener la boca ocupada con un chicle reduce el deseo de morderte las uñas. Lo idóneo es que el chicle sea sin azúcar, pero no abuses; recuerda que un exceso de edulcorantes artificiales puede alterar la flora intestinal y provocar efectos laxantes. “Según un estudio, el 24,2% de las personas con onicofagia sufren trastorno de ansiedad y un 3% de todos los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo tienen padecen onicofagia”, expone el doctor Martín Carrasco. “Es más, también se ha visto que este trastorno se resuelve en esas personas que, teniendo algún problema el campo personal, laboral o relacional, resuelven este problema”.
De esta manera, las vas a poder llevar puestas todo el día sin que te quiten autonomía en tus tareas. Esta es una solución es una buena opción para dejar de comerse las uñas en niños, ya que torna imposible el llegar a morderse las uñas y puedes utilizar tiritas de colores para incorporarle diversión. Otra de las soluciones que puedes realizar para distraer tu atención y sacarte de este mal hábito de comerse las uñas, es tomar pipas de girasol. Comunmente, el comerse las uñas está asociado a ocasiones de ansiedad en las que tu cuerpo tiende a llevar a cabo movimientos compulsivos y rápidos. Con las pipas de girasol, vas a deber concentrarte en pelar todas las pipas y, además de esto, su contenido es bajo en grasa y saludable conque vas a poder conseguir un doble beneficio. Estos esmaltes se pueden hallar de manera fácil en farmacias o mercados.
Además de esto, los dedos pueden deformarse y existe el peligro de perder la uña permanentemente. Por ejemplo consecuencias también se halla la inflamación crónica de los dedos y la aparición de caries por el daño causado en el esmalte de los dientes. De manera frecuente existe la creencia de que comerse las uñas está asociado únicamente a los nervios actualmente o sencillamente a un mal hábito.
Ciertos especialistas en la materia ofrecen que el hábito de comerse las uñas puede originarse a lo largo de la niñez mucho más temprana, los bebés y los niños pequeños tienen la práctica de llevarse los dedos a la boca. Comerse las uñas no se considera como una patología sino como una patología psicológica, que, si se transforma en un hábito irreprimible y compulsivo, debe tratarse médicamente. Morderse las uñas es un hábito que puede ocultar en la etapa adulta, pero puede volver en estados de ansiedad y agobio. En el momento en que te entren las ganas de morderte las uñas, busca un sustitutivo veloz y saludable. Por servirnos de un ejemplo, puedes tomar un traguito de agua o tomar un temtempié saludable o, si no tienes nada sano que comer, prueba a hacer respiraciones profundas o a cantar tu armonía favorita. Como en cualquier desarrollo de deshabituación, la fuerza de voluntad es el primer y más importante elemento para dejar de morderse las uñas.